Wanderlust...


Cuando yo era pequeña descubrí muy pronto que algo de lo que mas disfrutaba en la vida era viajar. No importaba a donde, tampoco con quien, solamente importaba descubrir nuevos lugares y vivir nuevas aventuras. Nuestras posibilidades en ese tiempo, nos limitaban a ciertas distancias y lugares, pero aún así mis padres siempre lograron destinar cierta cantidad de dinero al año para llevarnos por lo menos a un viaje a la playa durante el mismo. Me siento afortunada por ello ya que muchos de mis recuerdos más felices son precisamente en viajes en compañía de mis abuelos, mis papas, mis tíos y mis primos. Además, mi papá es biólogo y durante mucho años por su trabajo lo acompañe en breves recorridos a lugares en los alrededores de Aguascalientes, rodeados de campo y naturaleza, misma que pronto se volvió de mi total agrado. ¡Y no solo eso! mi papa y sus hermanos solían ponerse de acuerdo para llevarnos a mis primas y a mi algunos fines de semana a recorrer lugares de campo cercanos. Entre ellos, el que más frecuentábamos era El Sabinal. Armadas con nuestros trajes de baño, nos metíamos a nadar al riachuelo, desde luego bajo el cuidado de alguno de los mayores, saltando las pequeñas cascaditas que se formaban por las pendientes o jugando dentro de los huecos de los arboles enormes que habían partido los rayos. En otras ocasiones, mi papa dedicaba algunos sábados o domingos para llevarme a nadar al ya desaparecido balneario Ojo Caliente. ¡Uy! podían pasar horas enteras sin que yo me cansara de nadar y jugar a la sirenita bajo el sol en los chapoteaderos, ahí también le agarré gusto al agua y a nadar. De repente también visitábamos comunidades rurales para regalar ropa. Fueron tan buenos los años aquellos en que viví mi niñez...

Al crecer, durante la Universidad, se dio la oportunidad de cursar un semestre en el extranjero. Afortunadamente la institución donde cursé mis estudios contaba con buenos programas y apoyos para lograrlo. Así que, luego de platicarlo con mis papás apliqué para acceder a este beneficio y fui aceptada. Me mudé a Sevilla a finales del 2010 y viví ahí durante casi seis meses. Ésta experiencia confirmó algo que yo ya sabía: viajar es una de mis más grandes pasiones. No solo porque implica conocer nuevos lugares, sino también a nuevas personas. En esa ocasión, además conocí más de mi misma de lo que ya conocía. Mis amigos se convirtieron en mi nueva familia y el departamento que compartía con otras dos amigas, mi nuevo hogar. Viví momentos muy felices sola y acompañada, visité ciudades y otros países que me maravillaron de inmediato. Para ser mi primera vez en Europa, ¡no pudo ser mejor, pues aproveché tanto como pude! Éstas son de las oportunidades que cualquiera que las tenga debe tomar. Cuando volví me sentía un poquito fuera de lugar, aunque tarde muy poco en acostumbrarme a estar de nuevo en casa. En ese aspecto soy muy fácil, no me cuesta trabajo acostumbrarme rápido a nuevos sitios. 

Más adelante y luego de la muerte de mi hermana en el 2012, creí que no haríamos más viajes en familia, pero que equivocada estaba pues al poco descubrimos que viajar también nos sirve como terapia y nos une mucho más. Lo digo porque cuando viajas necesariamente hay un cambio grande en ti. Viajar es una experiencia que no solo sirve para sentir bienestar cuando todo sale de acuerdo a lo planeado, sino que cuando no sucede así, es de las experiencias donde más se pone a prueba la paciencia y la tolerancia y que por tanto más cambio y crecimiento producen en ti. Viajar implica romper muchas cadenas y vivir al máximo tu presente. Uno de los mayores logros que alcanzamos al viajar es dejar nuestros prejuicios y nuestros miedos a un lado. Y así fue que mi mamá y yo realizamos un primer viaje luego de la partida de Vane. Tomamos un crucero acompañadas por otra tía y nos fuimos al Caribe. La playa, los rayos de sol calentándonos la piel tendidas en la arena, la comida deliciosa del barco, el sonido arrullador de las olas por las noches y todos los paisajes y personas con los que coincidimos, nos regalaron la calma y los momentos de felicidad que necesitábamos entonces. Luego de este maravilloso y sanador viaje, mi mamá y yo nos propusimos mantener ésta costumbre de viajar juntas por lo menos una vez al año y hasta ahora lo hemos podido cumplir. Ahora que comparto mi vida con mi esposo, él también forma parte de nuestros planes.

Luego de romper el miedo de viajar sin nuestra más pequeña y muy amada acompañante, los siguientes viajes han sido más fáciles. Así mismo, las distancias se van volviendo cada vez el menor de nuestros obstáculos. Dentro y fuera del país hemos recorrido sitios hermosos y diferentes cada uno del otro. Al siguiente año de tomar el crucero, mamá y yo, acompañadas nuevamente de mi tía favorita, visitamos Europa. En esta ocasión la experiencia fue distinta a cuando estuve de intercambio. Más cultural que la anterior y con mas orden. Nuevos lugares e historias se acumularon en mi mente y se adueñaron de mi corazón.  Después, los siguientes destinos han sido lugares dentro de mi país México, viajes que sin duda me reconfirman la belleza que tiene y refuerzan el amor que siento por el y por su gente. Yucatán y Chihuahua me regalaron experiencias impresionantes. El primero con sus cenotes, ruinas mayas, playas azules, comida típica yucateca y un calor inolvidable de mas de 35 grados centígrados. El segundo con sus montañas y bosques, impresionantes pinos de muchos metros de altura llenando la sierra tarahumara, cañones  enormes que contienen grandes cascadas y más. En ambos estados experiencias inigualables. Además también conocí Chiapas acompañada de amigos, con sus paisajes hermosos y pueblitos pintorescos. Si pudiera pasarles una breve película de lo que hasta ahora han visto mis ojos se maravillarían conmigo. No se necesita acudir a destinos caros ni lujosos, todos éstos han sido hermosos en su esencia particular de cada uno de ellos.

Para mi luna de miel, mi esposo y yo visitamos y recorrimos algunos países asiáticos. Mis favoritos fueron Myanmar y Singapur, uno muy diferente al extremo del otro. No solo fue una experiencia hermosa por lo distinto y contrastantes que son éstos lugares y todo lo que los rodea, sino por haberla vivido a lado del hombre que amo. Y hace apenas una semana volvimos de hacer un viaje por Islandia, un destino que describiría literalmente como algo de otro planeta. Sigo repasando en mi mente todos los paisajes que vimos y quisiera lograr reproducirlos en pinturas, pero Dios no me regaló ese talento. 

Si alguien me pidiera mi consejo sobre en qué debe invertir su tiempo y su dinero, simplemente le contestaría: VIAJA. No te pierdas las luces de Viena, la fiesta en España, la comida en Italia, visita las playas de México, descubre los paisajes en Islandia, prueba la comida oriental, recorre todos los templos en Tailandia... y conoce todo lo demás que el mundo entero tiene para mostrarte, ¡hay tanto mucho más! Creo que los viajes están hechos para todos, pero solamente los más valientes y de mente más abierta se atreven a ampliar sus horizontes haciéndolo, viajar requiere más coraje que dinero. Cuando alguien me dice que no le gusta viajar lo primero que se me viene a la cabeza es que se trata de una persona a quien no le gusta experimentar ni vivir cosas nuevas, incluso un poco conformista por no querer salir de su zona de confort. La única desventaja que yo le veo a viajar es que siempre terminas queriendo más. Una vez que has probado las mieles de descubrir nuevos lugares, culturas, comida, climas, paisajes y de encontrarte con nuevas personas y volverlas tus amigos, querrás seguir haciéndolo... y sí, desde luego que viajar cuesta, así que ¡AHORRA!, pues bien dicen que lo único en que gastas y te hace más rico es viajar.

Por último, les adelanto que quiero compartirles algunos de mis viajes y tips relacionados con ellos, por eso más adelante se podrán topar con una que otra entrada sobre destinos en específico que yo personalmente he visitado, por mi parte estoy abierta a sus recomendaciones de nuevos lugares, tengo una larga lista planeada, pero siempre caben más y más opciones,. Quiero además dedicar, un especial agradecimiento a todos esos amigos que he hecho durante mis viajes y que ahora se han convertido en grandes hermanos regados a lo largo de nuestro planeta, sepan que en México siempre tienen las puertas abierta de mi casa para ustedes ❣


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