Si te aprieta no es tu talla...

Estar en una relación de pareja es construir una historia juntos... 

Éstas historias son una manifestación del amor y las experiencias propias que viven dos personas que se aman. Por tanto, son exclusivas de la pareja que las vive. 

La manera de expresar sus sentimientos, el lenguaje que utilizan para comunicarse entre ustedes (incluso más allá de las palabras), las reglas conscientes e inconscientes fijadas por ambos para hacer que la convivencia funcione, las alegrías e intereses que comparten, las tensiones que experimentan juntos, la forma en como disfrutan lo bueno y sufren por lo malo, así como los límites que ninguno puede rebasar para no lastimar al otro, todo eso configura su historia de amor. Cada uno de nosotros hemos adoptado ideas o modelos de como deben ser nuestras relaciones de pareja, adquiridos a través de los años con lo que vemos y oímos a nuestro alrededor asumiéndolos como propios, independientemente de que estos sean o no los adecuados o correctos. 

Lo cierto es, que todas las historias buenas y malas tienen un final, pues sabemos que nada es para siempre. Bien por una conclusión natural en el tiempo o porque las personas ya no son compatibles, pero un día llega el momento de separarse. Cuando la separación se da por motivos irreconciliables y de forma voluntaria por alguna o ambas partes, debemos entender que esto no es malo, sino sano. Cuando la vida en pareja se torna en contra de nuestros valores, principios, expectativas, alegrías y de nuestra concepción personal del AMOR y la FELICIDAD, se desarrolla una incomodidad latente y es ese desgaste y la continua insatisfacción los que nos indican que entonces la historia de amor muy probablemente ha llegado a su fin. La mayoría de las personas que experimentan estos sentimientos en una relación los identifican fácilmente, pero la verdad es que pocos se atreven a aceptarlos y hacerles frente, se requiere mucho valor y madurez emocional para confrontar la realidad de que una relación entre dos personas que alguna vez se amaron tanto, ya no está funcionando. Más difícil aún, es lograr que la motivación de tu vida y fuente de tu felicidad no debe recaer en ninguna otra persona salvo en ti mismo. Cada quien es responsable de su felicidad, pero a veces es fácil olvidarnos de esta tarea y achacársela a alguien más, pues así cuando las cosas no salen como queremos o esperamos, podemos sentirnos menos responsables.

En una relación de pareja no se debe vivir angustiado y es necesario que a veces analicemos cómo nos sentimos, ya que la rutina es engañosa y a veces las personas se aferran a relaciones por comodidad, o bien por miedo a sentirse solos, pero en el amor como en cualquier otra cosa en la vida, también se vale equivocarse. El miedo a sufrir una separación o ruptura amorosa es irracional y limita la búsqueda de la felicidad propia. Sólo hay que tener en cuenta que en ocasiones el suelo del fondo es mas apto para brincar. Creo que es algo valiente decir -bueno... ¡volvamos a empezar!-. Finalmente este es solo un ciclo más de la vida cerrándose para dar paso a otro nuevo.
Es maduro de tu parte dejar ir lo que ya no te hace bien ni te vuelve mejor persona, o como dice el dicho: "Si te aprieta, no es tu talla...".
La vida es justo eso, comienzos y finales, experiencias nuevas a cada rato y un montón de aprendizajes. Escribir y reescribir historias. Se vale terminarlas definitivamente, darles continuación con segundas o hasta terceras partes o empezar algunas nuevas y hasta mejores. Yo lo único que se que hay de cierto, es que todos tenemos derecho a ser felices. Y recuerda, que de todas las historias de amor, la más bonita es la tuya propia, con o sin acompañante.


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