Mi hermano: mi amigo

En todas las familias, cada integrante desarrolla relaciones interpersonales especiales entre sí, mismas que pueden estar influenciadas por el orden de nacimiento, el sexo de cada uno o los intereses en común, y que generan mas afinidad entre ciertos miembros.

Así mismo, es natural que papá y/o mamá tengan más cercanía o sientan mayor compatibilidad hacia alguno de sus hijos, al igual que entre hermanos puede suscitarse que se lleven mejor unos con otros. Esto no significa que exista menos amor o cariño por aquellos con quien se tiene una menor relación afectiva. Entendamos que el afecto es meramente la afición que sentimos por una persona o una cosa en particular.

A menudo es difícil comprender lo anterior. En la dinámica familiar y generalmente sin darnos cuenta, se hieren susceptibilidades y muchas veces se crean rivalidades entre padres e hijos o entre hermanos que no deberían existir, pero que una vez que nacen y se mantienen, desencadenan una situación de estrés que afecta a todos los miembros de una familia en mayor o menor medida.

En esta entrada en particular, quiero hablar sobre aquellas ocasiones en que parece que el hijo mayor recibe mas atención, mayor reconocimiento o ciertos privilegios por parte de los padres. Como primogénita, puedo constar que si bien marcamos el inicio de una nueva etapa en la vida de nuestros padres y los estrenamos como tales, esta ventaja sobre nuestros hermanos menores viene también acompañada de muchas más obligaciones y expectativas hacia nosotros. Los hermanos menores no siempre lo notan, pero los primogénitos constantemente tenemos una mayor responsabilidad en casa, pues ademas nos atribuyen el rol de ejemplo para el resto de los hijos que conforman la familia. Es verdad, que el orden de nacimiento muchas veces nos ha favorecido, pero nuestros hermanos deben comprender y aceptar que de alguna manera papá y mamá se apoyan con mayor fuerza en nosotros y que al mismo tiempo todos los logros que consigamos suponen beneficios y ventajas para ellos, en otras palabras, les estamos abriendo las puertas y dejando marcados los caminos, que si bien también pueden estar llenos de errores, incluso éstos pueden ser tomados como referencia por ustedes. Los hermanos mayores respecto de los menores, siempre estaremos dispuestos a ser sus mas grandes confidentes en aquellas cosas que para los padres pueden resultar incomprensibles. Con esto quiero decir, que espero nos vean como sus amigos y aliados y no como sus rivales ni alguien con quien competir por un lugar en la familia.

Creo que todos los padres y madres aprecian algo especial de cada uno de sus hijos y es lo que los ayuda a construir sus vínculos y relaciones afectivas con cada uno de ellos.
Papás e hijos debemos fomentar la unión familiar y evitar antivalores como lo son la envidia, el egoísmo, la enemistad, el irrespeto, el resentimiento, entre otros. A veces se nos olvida que nuestro hogar es el primer y más importante lugar para aprender sobre el amor y el respeto a pesar de nuestras diferencias. "El vínculo con nuestros hermanos define como serán nuestras relaciones de adultos, pues el hogar es un campo de entrenamiento".

Por último, es normal que con frecuencia se repartan distintos papeles psicológicos a cada uno de los hijos y que cuando alguno empieza a destacarse por determinada cualidad se acentúe su tendencia a realizarla (el más estudioso, el más guapo, el más trabajador, el más chistoso...etc), descartándola para los demás, que luchan constantemente por encontrar un papel propio y diferenciado. Por ello, para favorecer las relaciones adecuadas entre hermanos y prevenir los celos o la envidia, desde que somos niños los padres tienen una labor muy importante que es destacar o reconocer los progresos de cada hijo y no utilizar sus diferencias como referencia para dar valor a cada uno.

Y hermanos, no se trata de sentirnos cada uno como rey o reina sin reino, siempre hay que tener en cuenta que los celos pueden llegar a ocasionar conflictos que de albergarse hasta la edad adulta, contagian incluso a nuestras parejas e hijos. Tengamos presente que es con nuestros hermanos con quienes tendremos las relaciones interpersonales más largas de nuestra existencia, por ello centrémonos en aquello que nos une y recodemos que si lo deseo, mi hermano o hermana, es además mi amigo o amiga para toda la vida.




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