Carta para mi niña Ari


Ariana, hijita mía... no sabía lo que era amar incondicionalmente hasta que llegaste a mi vida el pasado 29 de septiembre.

Ya nos conocíamos desde que te tenía en mi vientre, nos convertimos en cómplices desde entonces e incluso desarrollamos un lenguaje que solo tu y yo conocemos y es que no se necesitan palabras para comunicarse entre mamá e hija... Hoy que estas aquí se lo que necesitas con tan solo ver tu mirada o escuchar tu llanto. Ahora es sencillo porque eres muy pequeñita y tus necesidades son mayormente muy básicas, pero la mas importante, lo se bien, es la de sentir mucho amor. ¡Y vaya que eres amada! papito y yo no sabíamos que podíamos querer tanto a alguien de la noche a la mañana como te queremos a ti.

Cuando lloras de dolor, te lo juro a mi me duele hasta el alma, pero cuando ríes y me regalas una sonrisa, me contagias tu alegría y conviertes ese momento en uno invaluable para mi. Quiero verte sonreír siempre, me derrite tu carita cuando lo haces.

Hay momentos que no se lo que te pasa, porque lloras inconsolable y me pregunto si yo estoy haciendo algo mal que pudiera cambiar para que tu no sufras, pero poco a poco he ido aprendiendo que tu llanto no es malo y que muchas veces no te duele nada, solo intentas "decirme" algo a través de el, porque a tu edad es la única forma en que ahora puedes comunicarte y entonces se me ocurre que si bien no puedo tener todas las respuestas y soluciones a lo que te incomoda o aqueja, al menos puedo hacerte sentir acompañada y querida todo el tiempo, por eso te cargo y te acurruco en mi pecho y te repito al oído y despacito "mamita está contigo" y es que aquí estoy para ti mi amor, todo el tiempo que me necesites.

Antes de ti, algunos días experimentaba inquietudes que me hacían sentir, en ocasiones, incompleta. A pesar de tener tanto y tan bueno en mi vida, en momentos sentía que faltaba algo o alguien más para sentirme plena. Hoy estás tu aquí y ya no siento ese vacío. Se que tu misión en esta Tierra no es llenar vacíos ni arreglar mi vida, ni la de tu papi, ni la de tus abuelos, ni la de nadie ultimadamente. Tu misión en esta Tierra es vivir tu vida y lograr ser feliz, pero debo admitir que llegaste a la vida de todos nosotros a hacerla mejor y nos traes vueltos locos. Solo somos acompañantes en tu caminar, listos para tenderte las manos siempre que las necesites.

Hay momentos en que tengo miedo, ya sea de equivocarme en algo contigo o de no saber hacer las cosas que se necesitan para mantenerte bien, saludable y feliz, pero estamos aprendiendo juntas. Tu me enseñas a diario como ser tu mamá y me gusta mucho. Cuando mi paciencia llega a su límite veo tu carita y recuerdo que también todo esto es nuevo para ti... que apenas tienes poco mas de 30 días experimentando la vida desde fuera de mi vientre y que si alguien necesita toda mi comprensión y mi apoyo, eres tú. Por eso, no me importa que me digan que te cargo mucho o que te voy a mal acostumbrar, gozo igual que tu tenerte en mis brazos el mayor tiempo posible, calientitas, sintiendo como me quieres contigo y como te quiero yo conmigo. Pasa el tiempo tan rápido y no se detiene, que se que pronto añorare estos momentos juntas, por ello quiero aprovechar al máximo que tú me quieras todo el tiempo a tu lado.

Eres la estrella que llego a darle luz a mi vida y solo puedo decirte ¡gracias Ari! porque cada día que pasamos juntas me motivas a ser un mejor ser humano e intento también ser la mejor mamá para ti. Espero que podamos seguir creciendo juntas y que cuando seas mas grande, seas consciente y siempre recuerdes lo mucho que te amo y lo que significas para mí... que cuando necesites un refugio por favor acudas a mis brazos y nunca dudes en hacerlo, que nunca te canses de mis besos y de mis abrazos y que nunca pero nunca dudes, que yo por ti daría todo.

Te amo Ariana, hoy y para siempre mi amor chiquito.


Comentarios

Entradas populares de este blog

No tomes decisiones enojado ni hagas promesas feliz.

Ojos que no ven...¿corazón que no siente?

Cabello de plata y corazón de oro