El civismo es de todos para todos

Esta entrada surge de la siguiente situación personal:

Hace unos momentos me encontraba en la fila para comprar una nieve, esperando mi turno detrás de unas 4 personas y justo cuando llegué al frente y la señorita que atendía me pregunto qué iba a querer, llegó una señora empujando y se metió apresurada alegando que ella ya había estado formada en la fila pero se había salido. Para evitar una situación desagradable me quede callada observando mientras la señorita que servía la nieve la atendía apenada. Una vez que terminó y cuando nuevamente era mi turno, llegaron otras dos personas que se acercaron a la señora colada y una vez más ésta se pasó por alto el orden y la fila y aún cuando ya ella iba de salida se volvió para ordenar por las otras dos personas. En ese momento ya no me quedé callada y le pedí que respetaran la fila, a lo que contestó: - ¡yo ya estaba formada pero me salí!- así que, palabras más palabras menos, le dije: -Cuando yo me forme ustedes no estaban aquí y si usted se salió de la fila, entonces perdió su lugar, además ya la atendieron y es el turno de los que estamos formados-. La señora muy molesta, incluso en papel de indignada le dijo a la chica de las nieves: -atiéndela primero a ella y ya después me atiendes a mi-, no solo quitándole el lugar ahora a los que estaban detrás de mí, sino creyendo que me estaba haciendo un favor, cuando el favor se lo había hecho yo.

Y bueno... discutiendo con un amigo que me acompañaba coincidimos en que es común enfrentar situaciones como estas todos los días con diferentes personas, pero que también se trata de una cuestión de educación y civismo. El segundo de estos conceptos se refiere a las reglas o guías mínimas de comportamiento social que nos permiten vivir en sociedad, es decir, como nos comportamos y como convivimos con los demás. Verán, no toda la gente esta familiarizada con el civismo. Los valores cívicos se aprenden desde casa, pero al final del día cada uno somos responsables de llevarlos a la práctica. La clave esta en ver al otro como si fuera un espejo donde me veo a mí mismo. Tratar a los demás como me gustaría que me tratarán a mí, ser empático.

En lo personal, procuro siempre respetar a los demás y a nuestro entorno compartido para el bienestar mutuo. En este ejemplo, mi molestia no es tanto el tener que esperar más para comprar mi nieve, sino que algunas personas, como esta señora, se sienten con el derecho de pasar por encima de ti y/o de los demás. A veces tenemos actitudes así, en ocasiones mínimas, que no hacen un daño real, pero no por eso son adecuadas o correctas. Estamos tan acostumbrados a vivir momentos así que muchas veces los normalizamos de ambos lados. Pienso que seguramente a esta señora le parece fácil comportarse de esta manera porque en ocasiones anteriores lo hizo y nadie le dijo o reclamo algo. En el caso contrario, otras personas son víctimas de las primeras constantemente porque suelen quedarse calladas. Y no se trata de pelearnos y crear caos innecesario o incomodar a terceras personas, pero muy distinto hubiera sido si la señora amablemente nos hubiera preguntado si le dábamos chance de que atendieran a sus dos amigos, aún cuando también en ese supuesto se saltará el orden de la fila por lo menos lo haría con consentimiento de los demás.

Estamos tan acostumbrados a pelear por un lugar o por las cosas, a llegar primero, a ganarle a los demás, a apañar, a tomar lo más que podamos, a desperdiciar, a no compartir... que se nos olvida coexistir. 

Cuando desvalorizamos los valores cívicos, se rompe la paz social, surgen posturas menos positivas, se genera desorden. Por eso es importante reconocer la trascendencia de estos valores cívicos y transmitirlos de generación en generación, dando lugar a conductas cuyos efectos sean positivos, creando un sentido de pertenencia. ¿Apoco no todos queremos vivir en lugar donde las personas seamos ordenadas, amables, respetuosas? simplemente en convivencia pacífica. 

Las personas en lo individual, debemos ser conscientes de nuestros actos y conductas y el efecto que éstas tienen sobre las demás personas a nuestro alrededor y el espacio que compartimos en común. Por todo lo anterior y ya para terminar, les dejo algunos ejemplos de lo que podemos hacer todos y cada uno de nosotros para mejorar nuestra convivencia y rescatar el civismo que nos permitirá tener un mayor bienestar para la mayoría:

- Respeta las filas, no te metas
- Si te encuentras un objeto perdido, devuélvelo
- No rayes las paredes de las casas de otros ni las públicas
- Recoge las heces de tus mascotas en las vías públicas
- No tires basura
- No te estaciones en lugares prohibidos
- Da el paso al peatón
- Cede tu asiento a mujeres embarazadas o personas de la tercera edad
- No te estaciones en lugares destinados a personas discapacitadas o mujeres embarazadas
- Usa tus direccionales al manejar vehículos de motor
- No apartar lugares en filas o asientos en sitios públicos
- Cede el uso del elevador a personas mayores, con discapacidad, mujeres embarazadas o mamas con carreolas o niño en brazos

Comentarios

Entradas populares de este blog

No tomes decisiones enojado ni hagas promesas feliz.

Ojos que no ven...¿corazón que no siente?

Cabello de plata y corazón de oro