Sé siempre la visita que esperas recibir...

Una de las experiencias mas gratas al viajar es hacer nuevos amigos ¿cierto? y con ello abrirnos puertas en muchos otros lados del mundo que antes ni siquiera nos imaginábamos. Así fue como mi marido y yo, hicimos amistad con un extranjero durante nuestro primer viaje a Asia. 

Luego de haber mantenido comunicación con esta persona a lo largo de dos años, decidió visitarnos. Nos tomó un poco por sorpresa, pero ya entrados en confianza, accedimos y le abrimos las puertas de nuestra casa el fin de semana pasado. De inicio fue un poco raro, después de todo lo habíamos visto una sola vez antes y cuatro días parecían mucho tiempo por pasar con alguien prácticamente desconocido, pero aún así tomamos el riesgo esperando lo mejor.

Nos propusimos hacerlo sentir bienvenido, tan cómodo como si estuviera en casa y enamorarlo de México y de Aguascalientes tanto como fuera posible. Organice todo un itinerario lleno de actividades y visitas a museos, iglesias, calles y demás lugares por recorrer en Aguascalientes. Nuestra ciudad, como muchos saben, no tiene grandes monumentos o atracciones, pero su visita justo coincidió con la ya famosa Feria Nacional de San Marcos, por lo que nos dedicamos a darle un tour muy completo de la misma a nuestro amigo extranjero. Al igual que para cualquier persona de fuera, fue impresionante el tamaño de nuestra feria y el montón de atracciones que ésta ofrece.

Todo iba muy bien, pero para la segunda noche las cosas se salieron un poco de nuestro control y nuestra peculiar visita se nos descarriló con tanta fiesta, entonces ya no estuve tan segura de que su presencia continuara siendo tan agradable.

El respeto es lo más importante a tomar en cuenta a la hora de hacer o recibir visitas en casa. De pronto nuestro "amigo" se convirtió en un extraño que estaba aprovechándose de nosotros y de las comodidades que le ofrecimos desinteresadamente, afectando con ello nuestro entorno familiar. Me di cuenta que nuestra nobleza se tornó de pronto en una grande ingenuidad que nos hizo caer en el error de recibir a una persona ciertamente desconocida en nuestro hogar. Por otro lado, nunca fuimos claros en cuales eran las reglas de nuestra casa.

Comparto esta experiencia con ustedes, no para exhibir ni criticar a esta persona, incluso no ahondare en las acciones y actitudes que tuvo y que nos molestaron, sino únicamente para prevenirlos de pasar un mal rato como el que nosotros pasamos. 

Se que al igual que nosotros, muchos de ustedes se pueden dejar llevar en ciertos momentos y parecerles fácil compartir su intimidad con extraños. Desde nuestros perfiles en redes sociales, hasta nuestros números de teléfono y en casos más extremos, recibirlos con las puertas abiertas en nuestras casas. Uno nunca se imagina lo que las personas que realmente no son nuestros amigos pueden o no hacer y es muy molesto cuando existe un abuso de confianza de su parte.

Personalmente me quedo con un grande aprendizaje, no solo el tener más cuidado de a quien dejo entrar en la intimidad de nuestro hogar o con quien elegimos compartir parte de nuestro tiempo y nuestras actividades como pareja y como familia, sino también el de intentar siempre ser una persona cuyas acciones y actitudes me abran las puertas en cualquier lugar y estén dispuestos a recibirme de vuelta. Así mismo, les recomiendo tener este tipo de atenciones solo con gente con quien exista la suficiente confianza para que en situaciones de conflicto se logren resolver a través de una comunicación acertada. En toda convivencia de este tipo hay que procurar que reine la comodidad, el respeto, la confianza y la buena comunicación. 

Por último, habiendo reflexionado sobre todas las cosas que salieron mal en esta mi primer experiencia recibiendo visitas, les dejo algunos consejos prácticos a tomar en cuenta si alguna vez se les presenta la ocasión:

1.- Planificar con tiempo; es decir, que la temporada en que se presentará tu visita sea el momento oportuno para las dos partes y no interfiera con tus actividades personales y/o de tu familia, de manera que puedas ser el mejor anfitrión.
2.- Contar con espacio adecuado; de lo contrario es mejor ser sincero y en su caso ayudarle a encontrar la mejor opción de hospedaje cerca de ustedes.
3.- Dejar claro en que gastos puedes apoyarlo, como puede ser el hospedaje y las comidas en casa, y en cuales no te es posible, por lo que correrían por su cuenta.
3.- Hacerle saber las reglas generales de la casa; de manera concisa y amable, tales como "estamos acostumbrados a que cada quien lava sus trastes luego de alguna comida" o "la puerta del baño se mantiene cerrada", etc.
4.- Establecer horarios de llegada a casa en caso de que tu visita decida salir por su cuenta.

Y por el contrario, si tu vas a ser quien visita, procura lo siguiente:

1.- No llegues inesperadamente. Consulta siempre si pueden recibirte.
2.- Si está dentro de tus posibilidades, lleva algún presente.
2.- Evita abusar de la hospitalidad de quien te recibe y pregunta siempre por aquello que necesites tomar prestado.
3.- Respeta las reglas de la casa y en caso de que no te hagan sabedor de ninguna, sigue los protocolos básicos de educación y limpieza.
4.- Evita tener desorden en el espacio que te sea proporcionado para tu hospedaje.
5.- Respeta los horarios de comida y de llegada a casa.
6.- Lleva siempre dinero suficiente para cubrir todos tus gastos y no esperes que sean absorbidos por tu anfitrión. En el caso de que este se haga cargo de algo muéstrate siempre agradecido.

Con esto, mí consejo último es: "Sé siempre la visita que esperas recibir...." de manera que las puertas de una casa siempre se mantengan abiertas para ti.

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